jueves, 23 de diciembre de 2010
Cuestión de almas
Intenté adaptarme a la nueva situación sin éxito. Me atiborré de pastillas, saltaba a la pata coja para que toda la sangre fluyese arriba y abajo hacia el lado izquierdo de mi cabeza y nada parecía funcionar. Éste fue el primer aviso de que el alma de mi abuelo estaba en mi cuerpo porque desde joven había sido bastante sordo y llevaba siempre un aparatito de esos blancos minúsculos engarzado a la oreja como si de un piercing ultramoderno se tratase. El segundo síntoma fue el deseo incontenible de comer judías pintas con chorizo. A mi padre le encantan como le encantaban a su padre, esto es, a mi abuelo usurpador de cuerpos. No sería tan extraño si no fuese porque desde hace 15 años soy vegetariana y no hay cosa que me de más asco que los embutidos hechos con tripas de animales. Eran tales las ansias de ese manjar que intenté llevarme a la boca una cucharada, menos mal que mi alma reaccionó y al oler la fabada me provocó unas naúseas terribles. El tercer motivo por el que se que mi abuelo está aquí dentro es el chocolate, a mí ni fú ni fá, me podía comer un bombón pero ahora me meto entre pecho y espalda una caja entera y no me doy ni cuenta. Mi madre me mira extrañada y busca una explicación al cambio de conducta y me dice: "Te está saliendo una tripa como la de tu abuelo". Y yo tiemblo porque se que se está dando cuenta y llegará algún día, caundo me salgan pelos blancos en las orejas, que no podré negarlo.
He estado buscando una explicación a esta intromisión corpórea y he llegado a la conclusión de que el alma de mi abuelo estaba en su coche y que como yo lo he heredado, en algún momento al sentarme en su sillón y al accionar las palancas, ha debido incrustárseme dentro.
Hasta ayer mismo no estaba segura de este razonamiento pero estaba en casa viendo la tele y escuché que Raphael va a volver a presentar el especial de Navidad y me escuché gritando ¡Viva! y tarareando sus canciones de camino al trabajo. Así que sí, el alma de mi abuelo convive con la mía en mi cuerpo: nos gusta el chocolate, Raphael y las piernas de las mujeres.
martes, 14 de diciembre de 2010
Cajas
Cajas de la 10 a la 15: Salero y azucarero, bolsa de pan verde con patitos amarillos heredada de mi madre, un cortapizzas, cuchillos para queso, 5 juegos de café y alrededor de 20 tazas de desayuno. Si hay un utensilio de cocina que me fascine son las tazas de cerámica decoradas.
Cajas de la 15 a la 22: Libros de diseño gráfico y de moda, programas, estuches, plumas, ejemplares antiguos de periódicos, una grapadora roja robada en mi último trabajo, revistas y guías con mi nombre en el staff, agendas y clips. Mi padre era un fiel seguidor de las grapas y de los clips. Cada vez que se le descosía un botón de una camisa se lo grapaba o unía los extremos de la prenda con uno de esos pequeños objetos metálicos.
Pasión mientras las tijeras cortan la cinta de embalar, dedos acorchados de rebuscar entre recuerdos los más importantes y desechar los que ya no valen nada porque ya no remiten a nada. Cúanta ilusión en esas cajas, en esos pedazos de papel en los que garabateo los contenidos, y la espera, esa que parece no llegar nunca, se saborea dulce en la punta de la lengua y amarga donde roza con las muelas. Paladeando cajas, fabricando vidas de cartón. Perdida en las horas que me vas restando, inalcanzable y remota.
jueves, 2 de diciembre de 2010
Las cosas rotas
viernes, 15 de octubre de 2010
Tu vida
sábado, 9 de octubre de 2010
Cián + Magenta
martes, 5 de octubre de 2010
Me busco
jueves, 30 de septiembre de 2010
Tardes grises
Estoy cansada y torpe pero no puedo dormir. Lejos quedaron los enfados del día, vuelvo a encontrarme pesada, me duele la cabeza y no consigo leer más de 10 páginas de Gunter Grass seguidas. La historia me gusta pero la forma de escribir de este señor me atormenta. Vueltas y revueltas en la cama, mi Jana y yo, vamos intercambiando espacios y trozos de colcha. Las 4:30 de la mañana. Posibles reacciones adversas de las pastillitas de marras (palabra que tanto le gusta a mi amigo Dani): insomnio. Suena el despertador 3 horas y media después. El primer pensamiento del día se lo dedico a mi madre.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
El huevo o la gallina
lunes, 20 de septiembre de 2010
Los siete pecados capitales de Park Chan-wook
2. No restlessness.
3. No useless daydreaming.
4. No being sad.
5. No sympathy.
6. No hesitating about anything.
7. No thankfulness.
Parece que Park Chan-wook es un reputado y conocido director de cine asiático muy valorado por la crítica. Hasta ayer desconocía su existencia, seña inequívoca de que no soy muy fan de las pelis japonesas, coreanas, chinas o vietnamitas. A mí todo el cine asiático me parece similar: escenas muy largas, recreación de ambientes con muchos detalles y planos que crean tensión donde no hay movimiento. Las peliculas de terror son otra historia, los niños que reptan por las paredes al más estilo transpotting con los ojos rasgados me causan pavor y por eso me chiflan. "Soy un ciborg" es una obra coreana cuanto menos curiosa. La protagonista cree que es un cyborg y la ingresan en un sanatorio psiquiátrico. Allí conoce a un joven que es un ladrón de habilidades, objetos y almas con el que trabará una extraña relación de amor-amistad-dependencia. Todos los personajes están completamente desequilibrados y se crean situaciones extrañas y divertidas: la prota de cejas inexistentes dialoga con una máquina de café, una chica obsesionada con la comida y con su piel vuela al frotar los pies con sus calcetines mágicos, a un enfermo le pica el culo cada vez que juega al ping pong, enfermos que chupan pilas para cargar sus baterías, ... No estoy muy segura de si la película me gustó o me disgustó, pero la verdad es que no me dejó indiferente. Los siete pecados capitales en los que la chica intenta no caer son un intento de ser felíz mucho más cercano a la realidad que los tradicionales heredados del catolicismo. De este modo sustituimos lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia por no sentirse culpable, no descansar, no fantasear, no estar triste, no sentir compasión, no dudar y no estar agradecido. Y lo más importante, hay que apartar de la mente la idea de que todos tenemos abuelas.
jueves, 2 de septiembre de 2010
Loca
lunes, 23 de agosto de 2010
Mil días
Así fue ella, una mujer sin raíces que se fue buscando un sueño.
Hacía siete largos años que había huido de casa con esa misma bolsa debajo del brazo. Se fue sin despedirse, sin lanzar un beso al aire y sin girar la cabeza al alejarse de casa. Siete largos años en los que todos se preguntaron dónde habría ido y en los que nadie acudió en su búsqueda. Su marido se rindió, sus hijas se creyeron culpables de la decisión y sólo algunos rumores mantenían la esperanza de que siguiera viva y regresara. Nunca volvió a casa. Ninguna persona de su nueva vida fue a visitarla al hospital y murió allí sola, ante la mirada triste y desarraigada de dos de sus olvidadas hijas.
Acaricias la maleta de cuero de marrón de tu madre y sopesas las opciones: abrirla o esperar mil días más.
sábado, 21 de agosto de 2010
Arcadia
lunes, 9 de agosto de 2010
Calor
viernes, 6 de agosto de 2010
Si fuera tu...
viernes, 30 de julio de 2010
El gran ojo
-Parece un ataque al corazón- precisa un viandante que estudia el último curso de medicina. Pero ya es tarde, Madrid está atestado de coches y la ambulancia tarda 14 minutos en atender al herido, dos minutos antes y tal vez hubiera tenido otra oportunidad.
Detrás de tí, los pupilos gritan entusiasmados: ¡Maestro, eres un crack!, exclama Miguel, atusándose los rizos rubios y batiendo en el aire su espada romana. ¡Si hubieras llegado antes medicucho en prácticas!, susurra Rafael, ligeramente cabreado por su actuación. ¡Menuda puntería, jefe!, añade Gabriel, que corre a comunicar las hazañas a serafines y querubines.
Tu voz suena hueca en el aire: -Discípulos queridos, girad esa bola del mundo que vamos a elegir a una nueva víctima- La esfera da vueltas y se detiene en mitad de la selva amazónica. Arrimas de nuevo el gran ojo triangular al catalejo. Lo que divisas es a una preciosa niña que juguetea a las orillas del río. Tomas el arma entre tus majestuosas manos y ¡zas!, disparas sin emoción alguna. La pequeña cae al agua y muere ahogada. ¡Viva! ¡Bravo!, corean los arcángeles entusiasmados. - La de cosas pecaminosas y moralmente inaceptables que podría haber hecho esta niña si hubiera crecido- afirma Rafael, satisfecho con la elección. - He visto en sus ojos el pecado primigenio- continúa Miguel, esta vez con la mirada un poco turbia.
Gabriel, apartado del resto, piensa en silencio. Tú te extrañas porque no te ha felicitado por el disparo certero. - ¿Qué opinas de mi nueva hazaña, Gabriel?- le increpas. Él acaricia el pergamino que guarda siempre en el bolsillo izquierdo de su túnica y responde tímidamente: - Maestro, estaba pensando que sería mejor si batiéramos a aquellos que no merecen vivir en lugar de atacar a los que aún no han cometido ninguna atrocidad. Creo que su madre no vería con buenos ojos estos actos de violencia indiscriminada.
Los ángeles mayores y menores han montado un revuelo. Por todo el cielo se escuchan palabras de reproche y le comparan con otro arcángel que, por su soberbia, fue expulsado del gremio. Entre el gentío también se oyen algunas voces discordantes, las que piensan que la situación se está yendo de las manos y apoyan la decisión de Gabriel de no matar a inocentes. Se forman dos bandos cuando un ángel guardián le rompe un ala a un tronos en un arrebato de furia. Y estalla la guerra. Rizos rubios, trompetas, telas doradas, ruedan por el suelo algodonoso que se va tiñendo de sangre. No te inmutas cuando Miguel pide tu ayuda porque un dominio le ha arrebatado la espada y la está blandiendo ante su cara. Vuelves a acercar el ojo que todo lo ve al catalejo buscando una nueva víctima y aprietas el gatillo. Y presionas otra vez y otra vez y otra vez mientras el destino te hace muecas de disgusto. Y una última vez. La sangre cae por tu tez pálida y fina y resbala por tu barba. Los ángeles bajan los puños y te miran asustados. Rafael se acerca y te pregunta: -Maestro ¿Estás bien?. Te atusas las faldas de la túnica y respondes: -Duele.
miércoles, 21 de julio de 2010
Obesión
domingo, 18 de julio de 2010
Déjame
miércoles, 7 de julio de 2010
Ya no sufro por amor
sábado, 3 de julio de 2010
Formas geométricas
Antes de dormirse, él piensa que debería haberla besado otra vez porque ya no recuerda el sabor de sus labios y reprime los gritos contra la almohada al recordar que un imbécil le pidió el número de teléfono. Éste último cree que debería llamarla para tomarse un café pero que seguramente no lo hará. Ella sueña con los ojos cocacola del chico tímido y el chico tímido, espero que piense en mí antes de cerrar los ojos. La geometría puede ser tan cruel....
La distancia entre nuestros portales
domingo, 27 de junio de 2010
La tormenta
sábado, 26 de junio de 2010
Hormigas
jueves, 3 de junio de 2010
El espía
- Tienes que buscarte un pasatiempo, Carlos, algo que llene tu vida de nuevas emociones- decía Blanca.
Y eso es justo lo que hizo Carlos, buscarse una actividad con la que pasar el rato. Decidió hacerse espía y empezó a investigar a la gente que tenía más a mano: a sus vecinos. Le llevó dos meses descubrir que la hija de la vecina del 6ºD se veía a hurtadillas con la del 2ºA y que se lo montaban en el cuarto de ascensores todos los miércoles a las seis de la tarde. Dejó los devaneos lésbicos de las dos adolescentes para descubrir por qué la señora del 4ºC se arreglaba tanto cuando su marido tenía viajes de negocios, y ésto para saber la razón por la que el señor García, del 3ºB, había vendido su coche y su segunda vivienda en menos de tres meses.
Carlos se consideraba un espía estupendo, un observador innato, con unas dotes sobrehumanas para la captación de pruebas y la recolección de cualquier cosa que al resto del mundo pudiera pasarle desapercibido.
Un miércoles por la tarde, a eso de las 18:15 horas, Carlos estaba investigando a la vecina del 2ºC del bloque de enfrente cuando se dio cuenta de que le estaban mirando. Aquella muchacha, que debía tener uno o dos años menos que él, se encontraba escondida detrás de unos matorrales y le miraba directamente. Sí, era a él. Al verse sorprendida, saltó a la zona adoquinada y fingió que estaba buscando algo entre los setos. El observador estaba siendo observado. Carlos no podía creérselo, no sólo había otra persona que se dedicaba de forma no profesional a lo mismo que él, sino que además era mucho mejor.
Empezó a seguirla asiduamente, unas cuatro horas al día. Iba con ella (en la distancia) a hacer la compra, bajaban juntos a la piscina (ella prefería el sol y él la sombra de un árbol), salían por los mismos bares (Carlos empezó a trabajar en la cervecería a la que ella acudía todos los viernes) y no había día en que no tropezaran "casualmente" por la calle.
La chica empezaba a pensar que los frecuentes contactos visuales con Carlos no eran cosa del azar o del destino. Desde hace un par de meses se lo encontraba en los lugares más disparatados y le había pillado observándola desde detrás de las estanterías de la leche en el supermercado. ¿Por qué razón la perseguía? Porque ella tenía muy claros sus motivos: le encantaban sus ojos marrones, completamente normales, la forma que tenía de caminar despreocupada y sin prisas, los libros que leía en los bancos del parque y que ella trataba de adivinar a través de los colores y letras de las tapas, le gustaba su forma de vestir, su voz, su estatura media y su corte de pelo. Para ella, Carlos no era un chico normal, era el ser humano más especial con el que se había topado.
miércoles, 26 de mayo de 2010
La bella muriente
Meses después de aquella conversación que mantuvimos en un lugar ya olvidado, te brindo mi versión de la bella durmiente. No es difícil considerar la idea de que Shakespeare debió escuchar este cuento antes de escribir su Romeo y Julieta. Aunque la primera versión del cuento popular no fue plasmada en papel hasta 1697 por Charles Perrault, las malas lenguas afirman que se transmitió de manera oral hasta esa fecha. La visita de las madrinas al bautizo de la recién nacida es un pequeño gran guiño a la manzana de la discordia que fue la desencadenante de la guerra de Troya. Por este tipo de cosas, me encantan los cuentos. Ah, se me olvidaba, al final no son zombies, se me hacía muy rebuscado.
Hubo una vez un rey y una reina en un país muy lejano que vivían felices rodeados de las mayores riquezas que puedas imaginarte. Solamente había una cosa que hacía entristecer el corazón de los monarcas: no tenían descendencia. La reina se pasaba la mayor parte del día con las piernas elevadas tras la fecundación para que los bichitos del rey anidasen en sus majestuosos óvulos. Incluso le puso los cuernos al rey con el jardinero de palacio, que contaba ya con seis hermosas hijas y cuatro fornidos varones, pero tras un centenar de intentos fallidos, se dio por vencida. Después de un largo tiempo, la Reina concibió una niña. Estaban tan felices con el embarazo que se pasaban todas las tardes visitando carpinteros, modistas y tapiceros y se olvidaron de lo más importante, ponerle un nombre a su adorada hija. Era tanta su alegría que el Rey anunció una gran fiesta para el día de su bautizo. Como madrinas de la pequeña Princesa invitaron a todas las hadas que hallaron en el reino, un total de siete. El Rey preparó para cada una de ellas un regalo: un cofrecillo hecho en oro, rubíes y diamantes y las hadas, en agradecimiento, otorgaron a la pequeña princesa un don cada una.
- ¡Serás la más bella de todas las doncellas!, dijo la primera hada, que vestía de ázul pálido.
- ¡Tendrás la bondad de un ángel!, recitó la más pequeñita, adornada con tules blancos.
- ¡Tendrás la gracia de una gacela!, murmuró la más simpática y graciosa, engalanada de verde.
- ¡Bailarás con toda perfección!, afirmó el hada más fiestera, ataviada con un traje de seda rojo.
- ¡Cantarás como un ruiseñor!, tarareó la quinta, que había quedado la segunda en un certamen de cantos mágicos e iba de amarillo.
- ¡Tocarás todos los instrumentos musicales de maravilla!, asintió la penúltima que podía tocar la flauta travesera y el acordeón a la vez.
De pronto, un hada hermosísima vestida de negro de los pies a la cabeza, que no había sido invitada a la celebración por olvido del rey, entró en la sala y lanzó un maleficio a la princesa: ¡ El día de tu cumpleaños número dieciséis te pincharás con una aguja y morirás!
Por suerte para la pequeña, la última de las hadas buenas que iba vestida de rosa, que aún no había dado su regalo, respondió al sortilegio con voz dulce: - Majestades, vuestra hija se pinchará el dedo con una aguja, pero no morirá. Dormirá profundamente y pasados cien años un príncipe la despertará.
La sexta hada no es que fuese tonta, es que llevaba aburrida miles de años y decidió darle un poco de vidilla a la eternidad y pensó: En lugar de anular la profecía de mi hermana siniestrilla, voy a ponérselo un poco más difícil... No decidió congelar el lugar, sino dejarles dormidos, sin comida, sin luz, sin ventilación... El hada sabía perfectamente que nadie podía sobrevivir tanto tiempo en coma y ansiaba ocupar las alcobas del gran palacio y autoproclamarse soberana única de esas tierras. Era un hada buena pero no tonta.
El rey, asustado, ordenó que se destruyeran todas las agujas del reino. Pasaron así quince o dieciséis años sin que nada ocurriese... hasta que un día la Princesa, paseando por el gran castillo, descubrió una pequeña habitación. Allí el hada malvada, disfrazada de anciana, cosía con aguja e hilo... La pequeña princesa se quedo extasiada al contemplar aquella máquina de madera que se movía al compás de los pies de la señora y se acercó a la rueca. Acarició la madera y observó un palo de metal que brillaba más que el mismísimo sol y entonces... ¡Se pinchó en el dedo, tal como había predicho el hada malvada! Al instante, la adoslescente princesa cayó al suelo y quedó profundamente dormida. Lo que nadie sabía (nadie salvo el hada gótica malvada) es que aquella rueca estaba impregnada con un virus biogenético destinado a crear una nueva raza de superseres y llevar el mundo al apocalipsis.
El Rey, desconsolado, trasladó a la bella Princesa y la depositó en su hermoso lecho de oro y plata. Enseguida, mandó llamar al hada rosa que, al ver la gran tristeza de todos los habitantes del castillo, dijo al rey: - Majestad: para que nuestra Princesa no se encuentre sola en el sueño, dormirán todos, y no despertarán hasta que termine su largo sueño. Tras haber pronunciado estas palabras cayeron todos dormidos. A partir de aquel momento, un bosque mágico cubrió el castillo y lo hizo impenetrable.
Y así pasaron cien años hasta que un apuesto príncipe (cuyos padres tampoco le habían dado un nombre), montado en su corcel, pasó cerca del lugar. Aunque él no pensaba pararse, el caballo tuvo un presentimiento y obvió las indicaciones de su amo y señor. Tan pronto como desmontó, el bosque impenetrable se abrió ante sus ojos y vio el castillo. El Príncipe, intrigado, entró en aquel lugar, donde todo el mundo parecía estar dormido.
Cuando llegó al magnífico lecho de oro y plata, la hermosa Princesa dormía. Asombrado por su belleza, por la palidez de su tono, y porque no había nadie alli para recriminarle nada, se inclinó sobre ella y la poseyó violentamente. Al notar la sangre cálida corriendo por las venas azules del visitante, la princesa despertó de su aletargo y clavó sus afilados colmillos en su cuello. A continuación, mordió su muñeca y le dio al príncipe un poco de su sangre pues al verle se había quedado repentinamente enamorada de él. Los dos repitieron el proceso con cada uno de los habitantes de palacio hasta que amaneció. La noche siguiente, los festejos terminaron con una gran boda que unió para siempre a la Princesa muriente y el apuesto Príncipe. Y murieron felices y comieron sirvientes, lacayos, doncellas, cocineros, ... y aprendices.
viernes, 21 de mayo de 2010
YES
jueves, 13 de mayo de 2010
Que no pare de llover nunca
domingo, 9 de mayo de 2010
Naufragio
sábado, 8 de mayo de 2010
The healers
martes, 4 de mayo de 2010
La diosa
viernes, 30 de abril de 2010
Juguemos
Arrastro los tacones que le he robado a mamá por la habitación. Tú te remangas la camisa que casi roza el suelo. Te odio, te odio, te odio, con todas mis fuerzas. Algo sucede porque las cortinas flotan a un metro de la pared, los muebles giran sobre sí mismos y noto frío el aire de esta cálida mañana de julio. Pero toda yo ardo, como si tuviese mucha fiebre. Te odio por hacerme ésto, te odio. Una oleada de llamas nace de tus pies y abraza tus piernas. Se enrosca como una serpiente en tu cuerpo y lame tu cuello. Ahora eres tú el que gritas. Seamos adultos en este juego de niños, tu gritas, yo me doy la vuelta y desaparezco en el horizonte.
jueves, 29 de abril de 2010
El oscuro secreto de A.
Y los domingos a misa. ¿Demasiados secretos imperdonables A.? ¿Le contabas al sacerdote estas cosas? Supongo que no. ¿Querías ser la niña que mamá nunca tuvo? Aunque no conocía tu pasión por la bragas de encaje y los sujetadores con relleno siempre me pareciste un hipócrita.
Sin embargo, ahora las cosas han cambiado. Me han contado que has aceptado y confesado tus debilidades, sales a la calle con tu nuevo yo vestido tal vez de Prada o tal vez del Bershka. ¿Nadie te dijo que aceptar tus debilidades no significaría hacerte más fuerte? ¿No te comentaron que aunque tú lidiaras con ellas el resto del mundo podría seguir odiándote? Porque tus debilidades, querido A., sólo te hacen más débil ante los ojos de los demás. Tú si que estás roto.
Seguro que los domingos te sigues calzando los chinos y los naúticos en la iglesia en lugar del vestido de flores. Por esa razón me repugnas, eres un completo hipócrita. Espero que tu dios te castigue.
martes, 27 de abril de 2010
Mis botas neoyorquinas
viernes, 23 de abril de 2010
Garbage- You look so fine
Pareces estar bien. No hay máscaras, no hay lágrimas. Me gustaría sacarte el corazón y poner el mío en su lugar para que comprendieras que no soy como las otras chicas, que no quiero lo mismo que ellas, que no puedes tomarme como a ellas. Pero eso tú ya lo sabías. Escucho tu nombre y todo se viene abajo. Es enfermizo, me siento atada, encadenada a tu recuerdo. Pareces estar bien en este desierto imaginario donde tu cuerpo yace inmóvil sobre la arena y mi voz intenta despertarte. Tal vez no puedas oirme pero te estoy esperando bajo este sol abrasador porque sé que volverás algún día. Y que yo volveré a caer. Pareces estar bien, ¿es egoísta pensar que no deberías estarlo? Sólo finge un final felíz en el que estemos los dos en casa, perdiendo el tiempo, en el que me ames y yo pueda seguir adelante.
It's so insane
You've got me tethered and chained
I hear your name
And I'm falling over
I'm not like all the other girls
I can't take it like the other girls
I won't share it like the other girls
That you used to know
You look so fine
Knocked down
Cried out
Been down just to find out
I'm through living for you
I'm open wide
I want to take you home
We're wasting time
You're the only one for me
You look so fine
I'm like the desert tonight
Leave her behind
If you want to show me
I'm not like all the other girls
I won't take it like the other girls
I won't fake it like the other girls
That you used to know
You're taking me over
Over and over
I'm falling over
Over and over
Loving me one more time
Hide inside me tonight
Do what you want to do
Just pretend happy end
Let me know let it show)
Ending with letting go
Let's pretend happy end
lunes, 19 de abril de 2010
Menos cuentos. Guía de cosas estúpidas 3.
1. Si somos perros.
Nos gusta que nos amen pero preferimos amar. Fieles, cariñosos e inseguros porque nunca nos creemos merecedores de ese afecto. Pueden darse dos situaciones:
a) Que encontremos a otro perro. Equilibrio total de amor y comprensión. Situación ideal aunque aburrida a medio y largo plazo.
b) Que encontremos a un gato. Cuando el amo felino nos pega, volvemos a por más. Perdonamos, entendemos y nos conformamos. Esta situación es insostenible y sólo es llevadera a corto plazo. Muchos perros enamorados de gatos suelen ser gatos en otras relaciones simultáneas para encontrar el equilibrio que el primero les niega. El perro, transformado en gato, usa a otro perro para satisfacer sus necesidades de dominación. En ningún caso funciona.
2. Si somos gatos.
Lo más importante es mi independencia aunque puedo compartir parte de mi vida contigo. Sé que me amas y utilizo ese arma para mantenerte atado a mí, quiera o no quiera estar contigo. Se dan las mismas opciones que en el primer punto:
a) Que encontremos a otro gato. De esta unión son fruto las relaciones tormentosas, anímicamente agotadoras pero muy entretenidas. No se conocen las consecuencias de este tipo de enlaces a largo plazo.
b) Que encontremos un perro y le hagamos la vida imposible. Te quiero, ya no te quiero, ahora sí, ahora no. En muchas ocasiones, el gato se fija en otro gato que es opuestamente distinto a su perro y pasa a actuar como un can.
El estudio continúa buscando más formas de subsistencia. No se descarta que haya un tercer o cuarto grupo que actúe de forma similar a las aves o a otras especies. Lo que es evidente es que el comportamiento humano es irracional y errático.
Menos cuentos. Guía de cosas estúpidas 2.
-A mí es que siempre me han gustado los hombres graciosos, rubios y con los ojos azules.
No te estaba describiendo, porque tus ojos eran de un color mucho más parecido al cián que al azul. Tu pelo era castaño, sí, clarísmo, pero castaño, y no es que fueras divertido es que yo por aquel entonces me reía con casi todo. Recuerdo aquella historia que te inventaste en la que luchabas contra diez rapados tú solo, la noche en la que perdí el tren de vuelta a casa. La noche en la que el rubio acabó en el hospital por pelearse contra un saco de boxeo que le rebotó en la cara y en la que me llevaste a tu casa y acabamos sentados en el borde de tu cama viendo pressing catch en la tele. Me temblaban las rodillas, podía notarme el pulso en cada esquina de tu habitación. La mejor noche de mi vida, jamás he estado tan enamorada.
Hace cinco años...
-Siempre me han atraído los hombres inteligentes, con inquietudes literarias y con una personalidad extravagante.
La belleza exterior sólo es el reflejo del alma. Podría escucharte durante horas, días, meses,... No importa que no entiendas mis bromas, y que las tuyas no me hagan demasiada gracia porque nunca antes había sentido ésto por alguien. Recuerdo el dibujo que me hiciste saliendo del agua y que me hizo enrojecer, los poemas en nuestro primer aniversario de uno, dos y tres meses. Moriría y mataría por tí.
Hace dos años...
-Eres justo lo que siempre he buscado, mi prototipo de hombre ideal, sensible, moreno, simpático... Me siento yo misma estando contigo, tenemos gustos parecidos y te ríes de mis chistes estúpidos. Y claro, yo de los tuyos. En cuanto te ví, lo supe. Después de aquella noche en la que me tradujiste la letra de aquella canción al oido en un antrazo de mala muerte, no me quedaron dudas, eres el hombre de mi vida. Me iría hasta el fin del mundo si tú me llevaras de la mano. Parece que me entiendes con sólo mirarme... sobran las palabras.
Actualmente...
-Siempre he odiado los ojos azules. La inteligencia está sobrevalorada. No me gusta la complacencia. Los rubios me dan pereza. A los frikis, ni mencionarlos. Mi mundo interior es más complejo que el tuyo (y eso ya es decir mucho).
Y es que siempre me han gustado los pelirrojos, masculinos, primitivos, de ojos verdes o grises, que trabajen con las manos pero que no sea en algo artístico ni relacionado con el mundo del motor. De inteligencia normal, alegres, que no sean ni muy divertidos ni muy aburridos, que les guste leer pero ni el Marca ni a Dostoievski. Que no les guste el fútbol pero que practiquen algún deporte en equipo, ... y como en la película, que le gusten los perros.
miércoles, 14 de abril de 2010
Menos cuentos. Guía de cosas estúpidas 1.
martes, 6 de abril de 2010
La única salida
- No puedo pedir perdón- dijo mientras se apartaba un mechón de pelo que se había soltado de su coleta- Simplemente no puedo.
- Pero ¿has pedido permiso?- contestaste, sin saber muy bien si esas eran las palabras adecuadas.
- Tampoco.
Te guió fuera de los límites de la ciudad en silencio. El nerviosismo desapareció de sus manos y sus ojos se adaptaron a la oscuridad.
- No puedo volver- susurró.
- Ahora yo tampoco- Y caminaste siguiendo un mapa oculto en las estrellas.
viernes, 26 de marzo de 2010
Fin
miércoles, 24 de marzo de 2010
Solas
viernes, 19 de marzo de 2010
Cita con el realismo sucio y con Bukowski
martes, 16 de marzo de 2010
Demasiado pequeña, mamá
Hace sol y es septiembre, no conozco a nadie porque hace sólo unos meses que nos hemos mudado. Mi madre me lleva al colegio y me abandona en un aula llena de niños con chándals de colores y las uñas tintadas por plastilina verde. Cuelgo mi chaqueta en la pared y me siento donde me indica la profesora. Mi mochila es amarilla fosforita y de un tacto plástico. Tengo ganas de llorar y quiero irme a casa, pero sé que es demasiado tarde. A las cuatro menos diez tengo que coger la ruta pero no sé dónde cogerla, ni dónde bajarme. Soy demasiado pequeña, mamá, soy demasiado pequeña aún. Todavía no he cumplido los seis años y me tiemblan las piernas. Pienso que perderé el autobús porque me da vergüenza decirle a la profesora que tengo que irme diez minutos antes de que suene el timbre. Imagino que cuando el autobús me suelte en mi calle nadie habrá ido a recogerme y que mi casa estará vacía, que me han abandonado del todo. No puedo llorar en público, no en mi primer día.
El aire huele a macarrones con carne picada, a ceras manley, a tierra y a la hierba que rodea la fuente del patio del colegio. Huele a miedo y a esperanza, a plastilina, a papel pinocho y al primer poema que aprendí en la escuela.
Momentos diabéticos
sábado, 6 de marzo de 2010
Tatiana
- ¿Por qué lloras, pequeña?- preguntó amablemente un señor con un maletín de cuero marrón bajo el brazo.
- Tatiana no respira- musitó ella entre sollozos.
Él la miró desconcertado.
-¿Por qué dices eso? Yo no veo que le pase nada.
La niña le miró amargamente. Era evidente que a Tatiana sí le pasaba algo, la había acariciado todas las mañanas de su vida, había hecho y deshecho sus trenzas cientos de veces, había estado a su lado en sus dos operaciones a vida o muerte cuando su madre había colocado de nuevo sus ojos de botón a su carita blanca.
-Tatiana se muere, ha dejado de respirar y no hay ningún médico que pueda salvarla.
Él se arrodilló junto a ella y tomó delicadamente a la muñeca entre sus manos.
- Es cierto, pequeña, Tatiana se muere.
El señor acariciaba ahora los cabellos de la muñeca y se sintió repentinamente triste y desesperanzado. La niña se levantó del suelo y se limpió las rodillas. Él la vió alejarse calle arriba.
Habia una vez en una esquina un señor con un maletín de cuero marrón que lloraba.
viernes, 5 de marzo de 2010
En dos dimensiones
La página 25
lunes, 22 de febrero de 2010
¿Está vivo el gato?
Uno de los protagonistas, Theo Procopides, no ve nada durante el flasforward y llega a la conclusión de que no ha tenido visión de su futuro porque no tendrá futuro. Theo lucha constantemente contra su destino intentando hacer todo lo posible para que las circunstancias que otros han visto en sus sueños, no se cumplan. Su razón es una búsqueda constante de información, algo que le domina y le guía. Theo mete en la caja de Schrödinger su vida y durante veintiún años no se atreve a echar un vistazo.
¿Existe el libre albedrío? ¿Podemos cambiar nuestro futuro o está todo preestablecido? ¿Está vivo el gato?
viernes, 19 de febrero de 2010
Fronteras
Mírame a los ojos y que me digan ellos que no lo deseas. Perdernos entre la multitud, olernos, tocarnos, saborear tu cuello. ¿A qué juegas? Imagino cómo llegar a tus labios, tan lejanos, tan difíciles. Escalarte, arañarte, masticarte y luego dormirme en tus brazos, esconderme bajo tu camiseta. Podrías apartarme con un dedo, de un soplido, podrías retarme o responder a mis caprichosas miradas. Eres una palmera de chocolate, una tarta de manzana, una tostada de tomate y aceite, sin remordimientos, sin culpables, sin heridas. ¿Cómo olerá hoy tu pelo? ¿Cómo puedo doblegarte? Me queda tan poco tiempo...
LO REAL
De repente, sin pensarlo, el roce de tu boca al despedirnos en tu coche. Tus manos bajo mi camiseta negra, agarrando mi espalda, desnudando el presente. Tus manos, tu lengua, devorándome. ¿Cómo podía ser tan pequeña entre tus brazos? Abrázame porque no hay futuro y no puedo remediarlo. No me digas que me quieres porque sabes que no habrá respuesta, pídeme que no me vaya, que no acabe esta noche de secretos y risas. Ni tu olor, ni tu sabor, sólo tus dedos en mi espalda, en mis nalgas, tu mirada incrédula bajo las farolas de mi calle. No me engaño, ni esta noche ni ninguna otra. Nunca te he prometido nada. No te engañes y bésame hoy porque tal vez mañana no pueda volver a hacerlo.
miércoles, 17 de febrero de 2010
Déjà vu
Cuando entré en la cafetería en la que suelo tomarme el café todas las mañanas antes de ir a trabajar le ví y pensé que era el chico más guapo que había visto en toda mi vida. A los dos meses intercambiamos un par de frases estúpidas y tuve una extraña sensación de déjà vu. A los cuatro meses rechacé su invitación de ir al cine y tres semanas después me lo encontré en nuestro bar desayunando con una chica preciosa que no paraba de reir. Por un instante deseé ser ella pero luego me dí cuenta de que soy realmente afortunada, tengo suerte en tener mala suerte.
viernes, 12 de febrero de 2010
Ni mujeres ni niños
Mateo 7-3, ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
No soporto que me guíen cuando se cómo llegar a un sitio si vamos en mi coche. El primer consejo lo paso, al segundo te contesto que aunque por este camino hay doscientos metros más así nos saltamos los cinco semáforos que hay por el que tú quieres ir. Al tercer aviso te digo que voy por donde quiero y punto. Y el angelito malo me dice, "venga prima, díselo, que es tu coche, has pagado tú la gasolina y encima el/la muy idiota no tiene carné de conducir"
No aguanto que me den consejos sobre mi estado de salud. Toso porque fumo y fumo porque quiero. Sé que el deporte es bueno pero me cansa. Y como cuando tengo hambre. Si eres nutricionista, médico o similar no te pongo mala cara pero recuerda que dejaste el puto tabaco ayer y que tampoco es bueno beber hasta perder el conocimiento o comenzar el día con una cerveza y no con un café como es debido.
No me digas quién me conviene y quién no, porque evidentemente ya lo sé aunque otra cosa muy distinta es que haga lo que la lógica me dicta. Así que puedo quedar con quien me apetezca, te parezca bien o no, hacer lo que me plazca y pensar de vez en cuando en lo que quiero y no en lo que debo hacer, que no sólo de obligaciones morales vive el hombre y la única moral con la que tengo que vivir es con la mía propia.
¿Y qué vas a hacer con tu vida? ¿Pero no habías decidido volver a estudiar? Pues sí, pero ahora estoy replanteándome la idea, es más, puedo tener una nueva idea y mandar a la mierda la antigua. No me llames cobarde porque cobarde es aquel que ni siquiera lo intenta y yo ya estoy poniendo algo de mi parte. Son mis sueños, mis ilusiones, mis esperanzas y puedo cambiarlas si ya no me satisfacen. ¿Puedes decir tú lo mismo? Miles de respuestas se le cruzan al angelito malo por la cabeza, pero vuelvo a contenerme, incluso ante la pantalla blanca del blog.
El día que explote no van a tener ojos con los que ver mi paja, por muy mal que suene y se lea esta frase, que se jodan.