lunes, 19 de abril de 2010

Menos cuentos. Guía de cosas estúpidas 3.

Desarrollo la teoría absurda del comportamiento parejil mediante un proceso de inducción. Me baso única y exclusivamente en mi propia experiencia y en la observación de mis semejantes, intentando no interferir en sus vidas y compartiendo mis hipótesis con otros eruditos en la materia, seguramente tan inexpertos como yo atendiendo a los resultados. La teoría parte del siguiente enunciado: en una relación o somos perros o somos gatos.

1. Si somos perros.
Nos gusta que nos amen pero preferimos amar. Fieles, cariñosos e inseguros porque nunca nos creemos merecedores de ese afecto. Pueden darse dos situaciones:
a) Que encontremos a otro perro. Equilibrio total de amor y comprensión. Situación ideal aunque aburrida a medio y largo plazo.
b) Que encontremos a un gato. Cuando el amo felino nos pega, volvemos a por más. Perdonamos, entendemos y nos conformamos. Esta situación es insostenible y sólo es llevadera a corto plazo. Muchos perros enamorados de gatos suelen ser gatos en otras relaciones simultáneas para encontrar el equilibrio que el primero les niega. El perro, transformado en gato, usa a otro perro para satisfacer sus necesidades de dominación. En ningún caso funciona.

2. Si somos gatos.
Lo más importante es mi independencia aunque puedo compartir parte de mi vida contigo. Sé que me amas y utilizo ese arma para mantenerte atado a mí, quiera o no quiera estar contigo. Se dan las mismas opciones que en el primer punto:
a) Que encontremos a otro gato. De esta unión son fruto las relaciones tormentosas, anímicamente agotadoras pero muy entretenidas. No se conocen las consecuencias de este tipo de enlaces a largo plazo.
b) Que encontremos un perro y le hagamos la vida imposible. Te quiero, ya no te quiero, ahora sí, ahora no. En muchas ocasiones, el gato se fija en otro gato que es opuestamente distinto a su perro y pasa a actuar como un can.

El estudio continúa buscando más formas de subsistencia. No se descarta que haya un tercer o cuarto grupo que actúe de forma similar a las aves o a otras especies. Lo que es evidente es que el comportamiento humano es irracional y errático.

2 comentarios:

Dani dijo...

Solo puedo decir que estoy (asombrosamente) de acuerdo contigo. Es una manera divertida pero, bajo mi punto de vista, bastante exacta de lo que te encuentras en una pareja... Ah! Yo me definiría como perro, y tu?

Paula dijo...

Guau,guau. Yo he sido perro que ha sido gato en relaciones paralelas, he sido gato, perro a secas también... Depende, Dani, del momento, de la persona y sobre todo de las circunstancias. Tampoco creo q seas un perro siempre. Lo hablaremos. Besos y gracias por participar.