jueves, 2 de diciembre de 2010

Las cosas rotas

Tengo predilección por lo roto, un instinto innecesario de satisfacer mi tal vez deseo de salvadora y reparadora. En una mueble antiguo veo lacados y barnices donde hay rasguños y arañazos. En una casa vieja veo reformas, habitaciones acogedoras y un montón de perros abandonados que he recogido y amado. Así tengo millones de objetos amontonados en una sala, algunos ya han pasado por mis manos, otros esperan pacientemente su hora. Y eso sucede con todo. Con mis perras rotas, con mis amantes rotos, con mis deseos rotos... pero una vez reparados el interés se disuelve como una lágrima en un charco. Conversaciones aburridas con personas que antes no lo eran, estanterías perfectas en los sitios adecuados, sin elementos discordantes, sin personalidad, despojadas de todo lo que antes las hacía brillantes. Por esa razón te malcrio, no quiero que te arregles y que deje de quererte, no quiero mirar tus ojos y ver sólo una pupila abrazada por un iris, te quiero rota y con todas tus posibilidades.

No hay comentarios: