viernes, 25 de septiembre de 2009

No me gustas nada

Siempre te imaginé vacía y ahora te veo llena de estupideces. No me gusta la gente que vive para los demás, los que hacen porque esperan. Tú reclamas mucho. No me gusta la delgada línea dibujada sobre tus párpados, que feminiza tu androginismo, me enferma tu cuerpo recto con sus movimientos preconfigurados. Eres de papel y pantalla, no de carne y hueso. Cuando miras, no ves, cuando haces, destruyes. No me gusta tu máscara de felpa, entretejida con mentiras y pensamientos robados. Tú no eres tú, por mucho que te vendas y algunos confíen. No me gusta tu mirada turbia, tus pequeños ojos negros, tu diminuta y delgada boca. Me identificaste con el enemigo y me atacaste por la espalda. ¿Qué querías que yo tenía? ¿Qué quisiste robarme? Sentí lástima. No me aportas nada y por eso te saqué de mi vida, pero te empeñas en formar parte de ella. Lo has conseguido. Aquí tienes mi reacción: no me gustas nada.

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