sábado, 12 de septiembre de 2009

De nuevo 36 grados

Con el aire fresco de septiembre regresaste, jadeante, misterioso. Ella te reconoció por el tacto de tus manos sobre su espalda dormida y el peso de tu liviano cuerpo sobre el suyo. Los fantasmas casi no pesan, pensaba ella. "Bésame, tócame". Ha pasado un año desde tu última visita y ella ya no teme al abrir los ojos y encontrar un rostro que no conoce, sólo quiere sentir la presión de tus dedos en su piel y el calor de tus labios propagándose desde sus pies hasta las entrañas. "Nunca me habías besado", elementos nuevos en el nuevo encuentro después de tantos meses. "Fóllame". Está siendo suave, demasiado suave. Ella se queda fría. Le recordaba tan violento, tan misterioso,... tal vez demasiadas expectativas. "Vuelve mañana, querido" Bajo las sábanas se conforma y piensa en aquel agosto en el que el reloj marcaba 36 grados.

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