Mil vueltas sobre uno mismo para rozarte. Una moneda de chocolate por tus pensamientos. ¿Dónde empiezan y acaban las puntas de mis dedos? No debería romper el silencio, caen los muros de carga y el suelo se hunde. No tengo miedo cuando la tierra nos traga. Busco el contacto en la arena, en el algodón que nos cubre y lo encuentro. Un paraguas de caramelo por tus sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario