viernes, 5 de agosto de 2016

Sus nombres

Lloran mis manos de tanto garabatear folios con sus nombres. Hoy he aprendido nuevos términos que utilizo y desgasto en conversaciones que ya he tenido y que volveré a tener. Me siento mayor en este cuerpo que apenas roza los 17. Adulta entre las paredes de carne, músculos y huesos que me envuelven. Y escribo sus nombres como quien hace una lista de la compra, por orden, por prioridades. Mis dedos se quejan, repiten las pautas, pero soy incapaz de soltar el lápiz. Se me olvida un nombre y vuelvo a repasar las hojas del cuaderno, buscándole y recreándome en cada sílaba, en las letras que lo forman. Mis manos lloran pero mi alma no siente nada. Tacho otro nombre de mi lista, seco la sangre de mis dedos y anoto tu nombre en una nueva página.

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