viernes, 20 de mayo de 2016

Te has ido y me has dejado sola, con el corazón roto y las manos vacías de caricias. Te has marchado al único lugar al que no podía acompañarte y he tenido que dejarte partir. Pasa el tiempo, muy despacio, arrastrándose por el sofá, la cama y las alfombras de la entrada de nuestro hogar. Hecha pedazos, recordándote en cada rincón, en cada baldosa. Con las lágrimas siempre a punto de desbordarse al pensarte y el corazón encogido de dolor. Hasta siempre pequeña.

No hay comentarios: